
autismo
El autismo es un síndrome de desarrollo neuronal anormal visto más comúnmente en niños durante las últimas 2 décadas del siglo XX. Los estimados sugieren que de 2 a 6 de cada 1000 niños está en riesgo y estos números continúan en aumento.
Tambien llamado Síndrome de Espectro Autista, se diagnostica a temprana edad antes de los 3 años de edad. Una señal inicial es la resistencia del niño a cariño y afecto, que dificulta que los padres puedan comenzar una relación interpersonal con el niño. Los niños autistas tienden a vivir en su propio mundo y muestran mínimo interés en su familia, amigos y todo lo que le rodea.
El lenguaje, las habilidades de comunicación, el contacto visual, el contacto físico y las relaciones nunca se desarrollan normalmente.
Sumado a esto, los niños autistas muestran movimientos repetitivos. Algunos síntomas incluyen tambien la repetición de palabras, la dependencia de un familiar o de rutinas rígidas. Pueden así mismo verse perturbados por movimientos bruscos o luces en movimiento.
Causas del autismo
La causa del autismo permanece desconocida. Los investigadores han llegado a la conclusión de que es una serie de factores las que producen la enfermedad. Parece ser que existen distintos tipos de autismo.
El autismo está asociado a herencia, factores externos y enfermedades como la rubeola, esclerosis, síndrome de Down, entre otros. Los científicos han tratado de identificar marcadores que ayuden a detectar los candidatos a desarrollar esta enfermedad, pero ninguno ha sido encontrado hasta el momento. El autismo es considerado un desorden complejo, indicando que no es resultado de una sola causa simple. Los investigadores han apuntado a varios factores para el desarrollo de la enfermedad como problemas autoinmunes, inflamación crónica, exposición a medicamentos teratógenos durante el embarazo, infecciones virales, administración de oxitócicas durante el parto, exposición a toxinas (particularmente el mercurio).
La conexión con el Mercurio
En concentraciones suficientes el mercurio es una potente neurotóxica. La mayoría de los metales pesados a los que somos expuestos vienen del pescado, pero otras fuentes incluyen amalgamas dentales, contaminación industrial, y algunos conservadores. La exposición al mercurio en adultos lleva a cambios notorios en las funciones mentales y neuronales, los efectos en niños pequeños y recién nacidos ha sido menos estudiado.
Estudios han demostrado que las concentraciones de metales pesados en 8 de cada 100 mujeres exceden los niveles considerados saludables.
El Timerosal que contiene un 50% de mercurio etílico, es un conservador muy efectivo utilizado en la industria farmacéutica en una gama muy amplia de productos desde lentes de contacto hasta vacunas. De 1998 a 2002, los niños menores de 6 meses son expuestos a este químico en vacunas. La mayoría de los gobiernos están eliminando el Timerosal de sus vacunas y otros han prohibido su uso, sin embargo sigue siendo utilizado por muchas farmacéuticas por su bajo costo.
La pregunta de si el Timerosal produce autismo aún está siendo debatida. Muchos han demostrado que el aumento en la tasa de vacunación coincide con el aumento en los casos de autismo. Otros dicen que el incremento es porque ahora se detectan mejor los casos de autismo. El debate continua.
El glutatión y el autismo
El primer artículo que relaciono el glutatión con el autismo se dio en los años 80 en Francia. Un grupo de investigadores encontró que los niveles de glutatión en los pacientes con autismo era mucho más bajo que en los pacientes sanos.
Estos resultados fueron retomados en Turquía a finales del siglo XX, por un grupo de psiquiatras y un grupo de bioquímicos. Ambos demostraron estadísticamente una caída considerable de los niveles de glutatión en los niños autistas comparado con niños sanos. Ellos sugirieron que el estrés oxidativo había producido de alguna manera un daño neurológico.
Más recientemente en la Universidad de Arkansas, después de varios estudios encontraron una carga muy alta de estrés oxidativo en niños con autismo, e implicaron al mercurio en el desarrollo de esta enfermedad, poniendo de nuevo al glutatión en un lugar relevante para el tratamiento de esta enfermedad. Tambien encontraron que varios genes asociados con el metabolismo del glutatión no se encontraban en la mayoría de los niños autistas. Dieron un paso adelante intentando mejorar el estado de los niños con suplementación, con un éxito razonable.
En la Universidad del Suroeste de Texas utilizaron un precursor de glutatión para elevar los niveles. Comenzaron un estudio piloto con precursores de glutatión y se observó estadísticamente una mejoría en los parámetros de conducta de los pacientes. Un estudio mucho más detallado está en proceso.
Aunque es prematuro indicar que elevar los niveles de glutatión será un tratamiento efectivo para el autismo, muchos médicos especialistas en el área anticipan que la investigación en esta área seguro dará muchos frutos. Muchos resultados alrededor del mundo utilizando esta terapia han validado esta información, en la Universidad de Virginia se hizo un estudio en muchos de los pacientes del área de pediatría clínica con una mejora bastante notoria.